Carretera Balsas-Palosolo registra 40 %de avance: prefecto constató los trabajos
- GADPEO
- hace 4 días
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El antiguo camino de herradura que hace más de seis décadas permitió conectar a los cantones Balsas y Piñas, a través de la parroquia Moromoro, hoy empieza a transformarse en una moderna carretera que brinda garantías de circulación y mayor seguridad vial.
La Prefectura de El Oro ejecuta, mediante contratación pública, la ampliación y el mejoramiento de esta ruta de 21 km, que enlaza a los sectores Palosolo, Ñalacápac, Jarcapilla y San Roquito, zonas caracterizadas por su fuerte producción agrícola, avícola y porcícola.
La obra registra un avance del 40 %. Hasta el momento se han ejecutado trabajos de ampliación y estabilización de taludes en 11 de los 21 km.
Clemente Bravo, prefecto de El Oro, señaló que la modernización de esta vía mejorará la comunicación vial y potenciará la productividad de sectores que históricamente han estado rezagados.
El proyecto vial contempla además la construcción de alcantarillas, cunetas y bordillos, así como la colocación de mejoramiento, subbase y base. Posteriormente se aplicará una capa de asfalto de 3 pulgadas y se realizarán los trabajos de señalización.
Lugareños de San Roquito y de las demás zonas beneficiadas recuerdan que en 1958 se abrió esta trocha y que, en ese entonces, la única manera de trasladar la producción era a lomo de bestia. Con el paso de los años, la vía se fue ampliando y permitió el tránsito vehicular, aunque seguía sin reunir las características necesarias para una circulación segura.
El prefecto, consciente de la importancia de esta carretera para la conectividad, la producción, el turismo y el acceso de los ciudadanos a los servicios básicos, gestionó un crédito ante el Banco de Desarrollo del Ecuador, recursos con los que actualmente se ejecuta la obra.
La alcaldesa de Balsas, Johanna Aguilar, asegura que la rehabilitación de la vía acortará distancias, facilitará el traslado de productos y evitará los inconvenientes que, durante décadas, tuvieron que enfrentar los habitantes de estas comunidades y quienes transitan por la zona.
El optimismo de los productores y comuneros es evidente. Saben que el polvo, el lodo, los derrumbes y la inseguridad vial que durante años marcaron esta peligrosa ruta pronto serán cosa del pasado. La nueva carretera de asfalto ofrecerá un tránsito moderno y seguro, permitiendo llegar más rápido a los mercados y dinamizar el intercambio comercial.