La sequía golpea con fuerza a Ecuador, afectando especialmente a ocho provincias, incluida El Oro, que enfrentan niveles críticos de agua debido a la prologada falta de lluvias. En el cordón fronterizo orense, la situación es aún más alarmante, con ríos y quebradas completamente secos.
La carencia de agua perjudica gravemente a un sinnúmero de comunidades, poniendo en riesgo la disponibilidad de agua para uso doméstico y agrícola.
Con los afluentes secos, pequeños productores en localidades rurales como Palmales, Carcabón y Chacras, del cantón Arenillas, afrontan serias dificultades para suministrar agua a sus cultivos y animales, lo que podría afectar la producción y provocar pérdidas económicas.
Para enfrentar esta situación crítica, la Prefectura está construyendo albarradas ancestrales o pozos resumideros excavados en los lechos de los ríos. Estos permiten la acumulación de agua, que los campesinos pueden transportar a sus cultivos mediante sistemas de bombeo.
El prefecto Clemente Bravo detalló que, cada año, la entidad construye alrededor de 300 albarradas para satisfacer las necesidades de riego en el cordón fronterizo durante la estación seca. Al momento, la Prefectura ha ejecutado 170 albarradas en las mencionadas localidades arenillenses.
Sin las albarradas, las consecuencias de la sequía serían devastadoras para la producción y la economía local. Aunque provisionales, estas obras brindan un alivio y proporcionan seguridad a los agricultores y ganaderos de estas valiosas zonas productivas.
Además, el gobierno provincial está construyendo pozos profundos en áreas estratégicas para que los agricultores puedan regar durante todo el año, extrayendo agua de los acuíferos sin restricciones por estiaje.
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